«Sé fuerte y valiente, porque tú has de introducir a este pueblo en la tierra que el Señor, tu Dios, juró dar a tus padres y tú se la repartirás en heredad. El Señor irá delante de ti. Él estará contigo, no te dejará ni te abandonará. No temas ni te acobardes». (Dt 31, 7-8)

Menuda promesa más grande nos hace Dios. Dios nos dice con todo su corazón… VOY A ESTAR CONTIGO. Donde tú vayas voy a ir yo. Donde te sientas solo y abandonado estoy yo. Cuando las circunstancias se compliquen y quieras dejarlo o tengas miedo, estoy yo. No temas ni te asustes porque yo tú Dios estoy contigo.

Que alegría más grande es vivir confiado en esta promesa. Vivir con la certeza de que Dios no me va a soltar. Dios me libera de mis miedos. Si estoy con el Rey de Reyes, con el todopoderoso, a qué o quién voy a temer. Y no solo nos promete sino que también nos llama. Se acerca a nuestra intimidad y nos dice que seamos fuertes y valientes que nos ha encomendado una tarea. Repartir su heredad. Repartir su amor, buscar con él a las ovejas perdidas. Llevar al mundo a su gloria, a su corazón, a su casa.

Podría desarrollar estás palabras hasta escribir un libro. Pero prefiero callarme yo y que estás palabra de Dios, esta promesa, la dejes empapar tu corazón. SE VALIENTE DILE QUE SI Y NO TEMAS. DIOS ESTÁ CONTIGO.

Gloria a Dios!