Como valiente guerrero,
que tras la batalla vuelve a casa.
Como amada impaciente,
que a su esposo aguarda.

Así mi alma se acerca a ti,
así tu mi Dios me esperas.
Con el brillo en los ojos
y las palabras escasas.

Así mi alma y la tuya se abrazan.
Así entre lagrimas descansa,
alegre, viva, y tranquila
de haber llegado a casa.

Y tú esposo que aguardas,
me mirabas con ternura.
Mis heridas abrazabas,
y mi corazón conocías.

Y así, una vez más.
Mi alma unida a ti,
tu habitando en mí.
Y con una simple palabra,
mi alma por fin descansa.