Si ya ha nacido… por qué vuelve a nacer. Si ya nació… ¿Por qué celebramos la Navidad?¿Cómo puedo vivir con alegría algo que, a día de hoy, ni me va ni me viene? Si es una fiesta para recordar y celebrar que Cristo a venido al mundo ¿Por qué no celebramos navidad todo el año?¿Qué tiene de especial? Quizás alguna vez te has hecho estas preguntas, en estas navidades o en anteriores. Una vez que nos hacemos mayores, empezamos a ir perdiendo esa ilusión que nos trae la Navidad. Al fin y al cabo, estas preguntas tienen mucho sentido, son preguntas que nacen de nuestro corazón. Si Dios viene todos los días, por qué es especial la Navidad.
Primeramente podemos responder a estas preguntas desde una perspectiva catecúmena. La liturgia a lo largo del año, nos muestra como es la vida de Jesús. Así, poco a poco, vamos viendo los misterios de la vida de Jesús. Entonces la Iglesia pone la Navidad como un tiempo para recordar el misterio del nacimiento del Hijo de Dios. En Navidad, recordamos que Cristo, el mismo que murió en la cruz, vino al mundo como un niño. Un niño que creció y fue educado por la Virgen y San José.
Esta respuesta es efectiva y verdadera, pero las preguntas del corazón necesitan otra respuesta. Por eso os cuento qué es para mí la Navidad. Para mí la Navidad es un tiempo más en el que le pido a Dios que venga a mi vida. Pero en este tiempo concreto, se lo pido de una manera especial. Le pido que venga como niño, y que cambie mi corazón al de un niño. Jugando con mis sobrinos, me doy cuenta de que no juego igual. Al ser ellos pequeños, empiezo a jugar con una sencillez muy grande: me siento en el juego, digo tonterías, hago cosquillas… Y en Navidad recuerdo e intento vivir mi relación con Dios así. ¿Así como? Pues de dos maneras diferentes. La primera dejándome amar por Dios como un niño. Por decirlo de alguna, dejar que Dios me haga cosquillas, estar atento a las sorpresas. La segunda intentando amar a un Dios niño. Sentarme en el suelo de la capilla, hacerle chistes o bromas en mi oración personal e intentando amarle como si Dios necesitara TODO de mí, aunque no lo necesite.
En Navidad mi vida de oración cambia, mis relaciones con los demás cambian. Me recuerdan y me hacen vivir la sencillez de un niño. El tiempo de Navidad, me enseña a amar sin complicaciones. Me enseña a AMAR desde el corazón. Un niño, no piensa que puede hacer para que sus padres estén contentos, simplemente les quiere como nace del corazón.
Y la gran diferencia de las Navidades pasadas a estas, es que mi corazón ha cambiado. Poco a poco, en el horno de la oración y con la levadura de la formación. Mi corazón va creciendo y haciéndose esponjoso. En el ultimo post os dije mi regalo principal estas Navidades… Ser Yo, ser real al 100% y gracias a esto Dios está transformando las Navidades en algo muy especial, está devolviendo esa ilusión esa alegría navideña.
Te propongo que estas preguntas, las pongas en manos de Dios, y dejes que sea Dios quien las responda en tu corazón. Y así podrás responder a estas preguntas bajo la EXPERIENCIA de su amor. Dios nace, nace esta noche, deja que nazca en tu corazón.
Feliz Navidad!