Como valiente guerrero, que tras la batalla vuelve a casa. Como amada impaciente, que a su esposo aguarda.
Así mi alma se acerca a ti, así tu mi Dios me esperas. Con el brillo en los ojos y las palabras escasas.
Así mi alma y la tuya se abrazan. Así entre lagrimas descansa, alegre, viva, y tranquila de haber llegado a casa.
Y tú esposo que aguardas, me mirabas con ternura. Mis heridas abrazabas, y mi corazón conocías.
Y así, una vez más. Mi alma unida a ti, tu habitando en mí. Y con una simple palabra, mi alma por fin descansa.