KPop Demon Hunters

El otro día estuve viendo la película porque amigos me decían que estaba muy bien y que tenía cierto trasfondo católico. Bastante incrédulo por lo que había oído me aventuré a verla. Al principio no me convenció nada, pero tras acabar la película, reconocí que al final la victoria contra el demonio sí que compartía mucho trasfondo. Obviando el gran error de llamar demonios a las almas perdidas, cuando el demonio está representando por Gwi-ma... La película no tiene desperdicio.

No quiero hacer espóiler de todas la película, pero sí quiero hacer hincapié en una escena (Alerta Espóiler). Un "alma perdida" recién redima, salva a la protagonista y le dice: "me devolviste mi alma. Ahora te la entrego". ¡Buah! Se me pusieron los pelos de punta. ¡¡¡Era yo!!! Todas esas veces en las que me he confesado y he podido experimentar esto. Por la misericordia de Dios, por el sacrificio de Jesucristo en la cruz, soy redimido. Con su sangre me compró y me devuelve el alma, me devuelve la libertad. Por eso hoy cada uno de nosotros puede decir: "Ahora te la entrego".

Dios te da esta oportunidad. Ahora, ¿A quién le entrego mi vida? ¿Para quién vivo? Entre todas los compromisos, obligaciones, urgencias, improvistos, tareas... Y la lista larga de chorradas y no tan chorradas que quedan por hacer. Entre todo, ¿Para quién vivo? Acaso vivo para la universidad, para el campamento de la parroquia, para la familia, para la limpieza del hogar, para la salud (ahora que estoy de pruebas médicas). La respuesta a esto no es ni Sí ni No. Es un No a medias.

Si deseo ser feliz, si deseo verdaderamente vivir para aquello para lo que estoy hecho. Entonces, debo vivir para Dios. Única y exclusivamente para Dios. Esto no nos da licencia para hacer lo que queramos, sino ¡todo lo contrario! El cristiano está llamado a SEGUIR a Cristo, a ENCONTRARSE con Él. Seguirle implica que nos tenemos que mover, no porque Él se aparte de nuestro lado, sino porque Él nos espera donde tenemos que estar. Este cambio de mirada nos permite reconocer cada día y nos pone en alerta para estar atentos. Significa que en la universidad, en la familia, en la parroquia, en el estudio, en TODO. Ahí, Dios me primerea y me espera. Él ya está allí saliendo a mí el encuentro, para que yo pueda verdaderamente ser tocado. Dios quiere participar de toda nuestra vida, por eso nos ha creado, por eso nos ha redimido.

Os invito a dar un salto de Fe. Pon a prueba tu libertad. Si eres libre podrás entregar tu vida a Aquel que puede transformarla y llenarla. Dios te ha redimido ¿A quién te quieres entregar?